¿Qué es lo que emana del arte?... ¿son acaso las personas, o es la transmisión de las impresiones y sentimientos en ellas habidas en un determinado momento (las que han venido a chocar con el enfoque de la realidad)?... Razonando así me siento más como si estuviera estudiando algo científico, pero no arte.
Luego pensé que el arte debe sujetarse, de algún modo, a lo espontáneo (quisiera saber cómo explica la física ese término). El arte del movimiento espontáneo. De la emoción espontánea. Y que todo lo espontáneo es un arte, una resistencia rapidísima entre existencia-noexistencia, un quehacer de pensamiento que nada tiene de fácil, y que sin embargo debería serlo, de acuerdo a las percepciones de lo que es el arte (subjetividad, en primer plano) para la mayoría de nosotros.
El fundamento del arte es existir, aunque su contra parte (el arte inexistente) sería, bajo ese dominio, lo único real-inexistente a lo que podríamos llamar arte (por ser auténtico, etéreo, intocable, etcétera). Intocable, como intocables deben ser los pilares de saber en que se sostienen los llamados "Registros akashicos de la naturaleza"... pero hay más por decir.
Se es sensible a los propósitos porque deseablemente son un fin proyectado, anhelado; pero no a la manera de encaminarlos, de ejercerles una moral, proveerlos de una sintonía y un alma, todo ello debe ser simultáneo a la espontaneidad, hablando de expresión de arte, un diamante en bruto al que hay que hacer brillar sin que deje de ser diamante en bruto.
Pero aún para lo espontáneo, sea arte o no lo sea, se le debe cribar bajo la malla de la proporción: si no hubiese un ojo que mirara un cuadro, entonces no habría un comparativo entre lo que es ese cuadro para dicho espectador y todo el Universo existente que en ese momento está excluyendo dicho cuadro. Toda omisión es una probabilidad, un objeto no conocido o desconocido, pues si negamos la existencia de algo que no existe, estamos apropiándonos así de su vacío para decir que algo existe (una obra de arte por ejemplo) fuera de ello, luego entonces, bajo los factores de tal composición y proporción es que pudimos definir el arte de lo que estamos juzgando, y todo lo demás, su espontaneidad, su dimensión y su tiempo, quedan en otro orden de ideas, girando en vacíos existentes o vacíos de "ceros infinitos".
Y pensar que todo eso de sentir el arte debe pasar en un pestañeo, suficiente donde quepa la espontaneidad y los juicios inherentes a ella.
Ciertamente nada de eso es necesario: es sólo obstinación la mía por querer todo explicarlo.
Luego pensé que el arte debe sujetarse, de algún modo, a lo espontáneo (quisiera saber cómo explica la física ese término). El arte del movimiento espontáneo. De la emoción espontánea. Y que todo lo espontáneo es un arte, una resistencia rapidísima entre existencia-noexistencia, un quehacer de pensamiento que nada tiene de fácil, y que sin embargo debería serlo, de acuerdo a las percepciones de lo que es el arte (subjetividad, en primer plano) para la mayoría de nosotros.
El fundamento del arte es existir, aunque su contra parte (el arte inexistente) sería, bajo ese dominio, lo único real-inexistente a lo que podríamos llamar arte (por ser auténtico, etéreo, intocable, etcétera). Intocable, como intocables deben ser los pilares de saber en que se sostienen los llamados "Registros akashicos de la naturaleza"... pero hay más por decir.
Se es sensible a los propósitos porque deseablemente son un fin proyectado, anhelado; pero no a la manera de encaminarlos, de ejercerles una moral, proveerlos de una sintonía y un alma, todo ello debe ser simultáneo a la espontaneidad, hablando de expresión de arte, un diamante en bruto al que hay que hacer brillar sin que deje de ser diamante en bruto.
Pero aún para lo espontáneo, sea arte o no lo sea, se le debe cribar bajo la malla de la proporción: si no hubiese un ojo que mirara un cuadro, entonces no habría un comparativo entre lo que es ese cuadro para dicho espectador y todo el Universo existente que en ese momento está excluyendo dicho cuadro. Toda omisión es una probabilidad, un objeto no conocido o desconocido, pues si negamos la existencia de algo que no existe, estamos apropiándonos así de su vacío para decir que algo existe (una obra de arte por ejemplo) fuera de ello, luego entonces, bajo los factores de tal composición y proporción es que pudimos definir el arte de lo que estamos juzgando, y todo lo demás, su espontaneidad, su dimensión y su tiempo, quedan en otro orden de ideas, girando en vacíos existentes o vacíos de "ceros infinitos".
Y pensar que todo eso de sentir el arte debe pasar en un pestañeo, suficiente donde quepa la espontaneidad y los juicios inherentes a ella.
Ciertamente nada de eso es necesario: es sólo obstinación la mía por querer todo explicarlo.