Peña de Bernal
La última vez que fui a Peña de Bernal fue allá por el 2005. 8 años han pasado, y las cosas parecen igual que siempre, aunque si me pongo filosófico, 8 años no se le ven por ningún lado a una montaña, si tomamos en cuenta lo vieja que es.
Es 4 de noviembre, el ruido hecho por el día de muertos ha dejado lugares como este sin mucha atención. Tengo la suerte de ver un despegue de globo en camino a Querétaro; sin quererlo tome fotos de algo que había querido desde hace un año aproximadamente, y que por infortunio no pude fotografiar en St-Jean de Richelieu en la feria de los globos, pero aquí parece que la suerte me sonríe. Tomo muchas fotos del globo, algunas en pleno vuelo, otras entre nopales para darle un poco de identidad con el lugar, y otras de un poco más lejos, y he aquí una pequeña galería:
Lo primero que llama mi atención es ver cuantiosas tunas en los nopales. Ya no recordaba que un nopal pudiese tener tantas.
Las mariposas no son muy abundantes en este lugar, y esta me pareció interesante, además de que la foto también resultó de mis favoritas.
Así luce el ascenso por el tercer monolito más grande del mundo.
Mi vista favorita es la que se mira hacia la parte de atrás de la peña, la parte que da hacia este mirador. La altura aproximada de este monolito es de 336 metros, y el acantilado es impresionante, aunque aquí parezca que no está tan alto. Si pusiésemos esté monolito en las grutas de Cacahuamilpa, justamente daría el tamaño aproximado de la profundidad de la gruta, que es lo mismo que la distancia que uno desciende en las grutas, pero aquí ahora uno lo sube. La vida es subidas y bajadas, sin duda alguna.
Este insecto me pareció extraordinario porque de unos rápidos mordiscos se comió la corteza del nopal que vemos en color verde; con estos animales hay que tener cuidado, pues su mordida es extremadamente dolorosa, será que tienen fortísimas mandíbulas.
Esta es de las partes más resbalosas, y aunque la lluvia amenazaba con hacerse presente, al final todo quedo en "veremos". Vale la pena subir al mirador casi de la punta de la peña para presenciar la Ciudad, y para ver las montañas que están detrás de la Peña.
Casi llegando a lo alto, se tiene una mejor perspectiva sobre lo filosa, escarpada, y peligrosa que es el último ascenso de la Peña.
Así se ve desde el pueblo.
En lo alto pueden verse series de cuervos, según lo que se puede ver en los carteles sobre la fauna de este lugar. Entre las serpientes más peligrosas que hay en este sitio están las serpientes coralillo y cascabel.
Los colores y viveza de estas bugambilias son una fiesta (esta fue la bugambilia más floreciente que pude encontrar). No importa que el lugar esté desierto, cosas como esta demuestran que cualquier época del año es buena para visitar sitios como este.
Hago un amigo.
El pueblo tiene un terminado colonial fabuloso, con fachadas bien cuidadas, arqueadas, adoquinadas, y sobre todo escogidas con colores vivos que no llegan a ser chillantes.
Me despido con la lluvia cayendo en forma de llovizna, y con esta foto del lugar y alguna de su gente. Ahh sí, y el video.
"Ya somos más viejos y sinceros, y qué más da, si miramos la laguna como llaman a la eternidad... de la ausencia"